No es mi fuerte, ni el de nadie.

Extrañar a alguien es horrible, admitámoslo! Pensar a cada momento donde esta esa persona y se encuentra bien, es agotador; peor aun es preguntarse así mismo si esa persona nos esta pensando o si piensa en alguien más. Y aquí es donde nuestra mente juega un papel fundamental, gracias a que a ella nuestros pensamientos parecen jugar un partido de tenis: van de un lado a otro y en algún momento marcaran un punto contrario, lo difícil no es impedir el punto, lo difícil es tratar de olvidar lo que hemos "maquinado" y tratar de pensar en positivo cuando de amor estamos hablando, o quien no ha sentido celos instantáneos al imaginarse alguna brutalidad? Nadie esta exento de hacerlo y no es un pecado, pero el verdadero problema esta en que después de esa anotación involuntaria otras 100 se cuelan entre la confusión y terminamos trajinados y llenos de pensamientos que van de un lado a otro haciéndonos sentir un salpicón de emociones las cuales nos marean y al final decidimos dejar de pensar en esa persona por que terminamos el doble de confundidos que al principio de toda esta cuestión.

Es imposible no pensar en esa persona y más cuando nos negamos a nosotros mismos no hacerlo, la idea primordial es pensarla, no demasiado para no llegar al punto donde no sabemos ni donde estamos parados, pero tampoco tanto para no demostrar despreocupación, tener un balance es algo complicado pero se puede lograr si controlas tu mente y lo hacemos un fuerte en vez de una debilidad.