Te informo que estoy bien. Que ahora todo está mejor y que cada día te
extraño como si fuera el primero desde que te fuiste. Que si te quiero?
Si, muchísimo. Que si me haces falta? No, aprendí a no tenerte desde el
principio. Que si te necesito? De vez en vez. Que si me gusta esta
situación? Le he cogido algo de cariño a pensarte mientras veo por la
ventana. Que si te deseo lo mejor? Obviamente, siempre querré eso para
ti. Que si hubiera podido le cambiaría el final a la historia? No, me
empeño en decir que tal vez esa fue no una historia sino un cuento
relámpago. Que si te agradezco el estar conmigo cuando más lo
necesitaba? Sí, todo el tiempo, sin ti no sé que hubiera hecho.
Quizás solo fue un flash, una luz cegadora que nos mantuvo inconscientes y después volvimos a caer en la realidad fría y cruda.