Ya pasado un poco más de un año desde que comencé a escribir aquí, tantos recuerdos y escritos que quedaron en mi memoria. Es increíble pensar que sólo se necesita un teclado que tenga ñ y como poner tildes para facilitarse la vida, y yo, por absurdo que suene, crusifico mi penas, problemas y desamores en letras mientras otros lo hacen con alcohol y marihuana, aunque eso también sirve, ¿no? La verdad nunca se me ocurrió que terminaría así. Me gusta eso comenzar a escribir porque sí, y terminar una entrada que ni siquiera yo misma entiendo, no es cierto, sí las entiendo. Atribuyo a las personas que me dieron aliento para seguir con ésto y que gracias a ellas estoy aquí armando textos sin saber por qué. Aspiro y espero que jamás se pierda ésto tan importante de plasmar con palabras, frases y oraciones lo que hay en mi cabeza. Intento no desfallecer en la carrera y seguir manteniéndome en ella, porque sin darme cuenta, ésto se ha vuelto una clase de adicción, pero una positiva, o eso pienso yo. Contemplo con incredulidad el cielo y busco en él una señal divina que pueda hacer llover peses y que salve, de alguna manera, lo que considero y espero que sea bueno dentro de mi. Ruego a porque la costumbre nunca se pierda y porque las masas jamás se cansen de leer pensamientos y mundos ajenos, conservados en 300 o más páginas.
