De nuevo, gracias.

Hola, y gracias por leerme.

Soy nueva en esto asi que lo dire rapido y sencillo, escribo mis pensamientos y todo lo que no puedo decirle a la gente en ese mismo momento. Discuto sobre situaciones de la vida y aveces te podras sentir identificado.

Gracias otra vez.
DenielleChaparro.

lunes, 13 de agosto de 2012

Necesidad inservible

Sigo aquí, en la oscuridad. Esta oscuridad que es tan densa, ni siquiera consigo verme las manos a 3cm de mi rostro. Algo pasa afuera. La lluvia cae y el mundo parece sucumbir bajo aquellas lágrimas celestiales. Trato de guiarme por el sonido. Nada. Solo puedo percibir el dolor de la lluvia al morir en el pavimento. No hay cielo, no hay luz, no estoy aquí, es solo mi ser atrapado en el agujero negro de mis emociones y pensamientos. Está cerca, se que seré absorbida por esta oscuridad maldita, que me envenena el alma y saca a flote mis demonios interiores, los más perversos y aquellos contra los que no puedo luchar. Respiro, pero Para qué? Si de nada sirve tratar de hacerlo con este peso en el pecho. Alguien me observa. No se quien es, pero tengo en cuenta su presencia. Está ahí, viéndome morir lentamente, con esa sonrisa enmarcada en los labios, y aquellos ojos que me observan con asombro, lujuria y odio. No quiere dejarme aquí, muriendo por ver los rayos del sol, pero tampoco quiere tenerme lejos, se aferra a mi como si fuera una especie de beneficio inservible. No entiendo porque me necesita o porque no me quita la vida de una vez. Esto se ha vuelto algo interminable. Los minutos se volvieron siglos. Estoy exhausta. Sigue ahí, sin párpadear, sonriendo sin razón. Sabe que en al final del agujero lo necesito, el apego se ha vuelto mutuo y las razones para estar cerca ya no existen. Sabemos que dependemos del otro, sin excusas y sin complicaciones. El aire se me acaba cada vez más, no puedo... DEJAME IR! Sueltame ya, es innecesario estar aquí, esperando la hora en que muera. Es absurdo tenerme aquí. No lo soporto, el dolor en el pecho me está matando. Todo se llena de luz. Siento como si fuera un anciana, me duele el cuerpo pero, al menos, puedo verme las manos. La lluvia se detuvo y los rayos del sol rozan mi piel. Es un alivio estar fuera, aunque sé que aquel que me observaba a lo lejos, en aquella oscuridad ahora está adentro, con el dolor en el pecho, cerca de mi agujero negro.