Ríos de agua viva se forman y corren inundando
nuestra noche, recorren las ventanas y dejan a su paso un legado que las
demás seguirán. El agua corre por todas partes y tratamos de
refugiarnos bajo una sombrilla como si fuera un escudo protector, como
si de ello dependiera nuestra vida.
Pienso que cuando llueve los
cuerpos parecen derretirse. El calor y el frío chocan en una lucha que
parece interminable, hasta que el equilibrio se encuentra y llegamos a
ese estado de paz en donde podemos ser libres de la suciedad del día, el
maquillaje se corre y revela la verdadera belleza de las almas
inseguras. Es el momento perfecto para escuchar una de esas canciones
que desgarran el corazón, esas que reviven momentos felices y nos hacen
derramar más lluvia.
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